Nunca escribí en mi apartamento una sola línea de ese cuaderno. Lo extranjero no es un acto privado. Cada encierro consiste en una pila de gestos cuya repetición confundimos con la definición de pertenencia; únicamente afuera nos damos cuenta de los cambios de nacionalidad o de costumbres. Prefería caminar como veinte minutos a una cafetería y aplicarme a escribir con todos los ruidos de un lugar compartido. Las máquinas de espresso y su ecosistema tienen sonidos propios. En la preparación, el operador debe deshacerse de la borra con golpes secos en el pipote de basura; de inmediato debe pulsar algo parecido a un gatillo y volver a llenar, con café nuevo, el recipiente de metal; a eso se añade el siseo del vapor: todo un sistema de códigos fácilmente legibles. Allí escuchaba, además, retazos de inglés, cachos de charlas que no me importaban y acababan en polvo. Sobre esa superficie enredada pretendía sustentarse el idioma alemán.
No me afectaba usar una lengua extranjera para aprender otra. Usaba una gramática escrita en inglés y un diccionario inglés-alemán; de esa manera acentuaba la natural extrañeza de esa instrucción, y con ella mi concepto de idioma nativo. Era un exilio doble, sin heridas ni arrepentimientos. Eso no me hizo más fácil la escritura, como puede entenderse. Para llenar un par de páginas cortas me tardaba al menos dos horas. Era una empresa flaubertiana en busca del mot juste. Necesitaba confirmar cada palabra, cerciorarme de la corrección sintáctica, asegurarme de mostrar cierto humor, ser, incluso, coherente. Me gustaba entretener a Frau Angelika con historias ligeramente absurdas; según sus comentarios, la cosa cumplía con su objetivo.
The rest here.
1 comment:
Sort of along the same lines, I was looking for online resources that my little brother could use for learning German. I found this written by Mark Twain about learning German along the way - http://www.crossmyt.com/hc/linghebr/awfgrmlg.html
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